21 Jul En búsqueda de espacios seguros: ¿Cómo afrontamos el acoso sexual?
*Por: Ximena Orosco Cano.
En el transporte público, en la calle, en el trabajo y muchos otros espacios son lugares donde se pueden dar situaciones de acoso sexual en el Perú. El acoso sexual, como lo defiene ACNUR, es una conducta de naturaleza sexual que incomoda, molesta o humilla a una persona, o bien que podría hacerlo, asimismo, es una falta grave que provoca “daños individuales, sociales y reputacionales”. Ahora bien, esta conducta se encuentra tipificada en el Código Penal Peruano y amerita una pena establecida.
En el Código Penal Peruano, el artículo 176-B regula el acoso sexual, estableciendo lo siguiente: “El que, de cualquier forma, vigila, persigue, hostiga, asedia o busca establecer contacto o cercanía con una persona, sin el consentimiento de esta, para llevar a cabo actos de connotación sexual, será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de tres ni mayor de cinco años e inhabilitación (…)”. Asimismo, señala que igual pena se aplica “a quien realiza la misma conducta valiéndose del uso de cualquier tecnología de la información o de la comunicación”. Pero el presente artículo también establece una pena diferente si se dan circunstancias agravantes respecto a la víctima, señalando que la “pena privativa de la libertad será no menor de cuatro ni mayor de ocho años e inhabilitación”. Sumado a esta regulación, a nivel de Estado se han visto en la necesidad de adecuar Leyes que aborden este tema, por tanto se tiene la Ley 30314, Ley para prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos, destinada a combatir el acoso callejero. Asimismo, se cuenta con otra regulación en el marco de otros espacios y que regule otra manifestación de violencia como el hostigamiento sexual, con ello se hace referencia a la Ley 27942, Ley de Prevención y Sanción del Hostigamiento Sexual. En ese sentido, la normativa se tiene regulada, el problema es la ejecución y aplicación de la misma.
Cabe señalar, que las cifras de acoso sexual en el país son alarmantes. “Según el informe técnico «A mí también me acosaron» del 2021, realizado por Paremos el Acoso Callejero y Plan International, el 91 % de las víctimas de acoso no recibió ayuda, evidenciando una brecha significativa en la atención a este problema”. De otro lado, se tienen otras cifras en el cual: “El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) informó que, en 2023, se atendieron 475 casos de acoso sexual en espacios públicos a nivel nacional, con un 99,1% de afectadas mujeres, incluidas niñas y adolescentes. Paralelamente, la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) registró 348 incidentes de este tipo entre 2022 y 2023, solo en Lima y Callao”.
Entonces si contamos con regulación normativa e información estadística que nos muestra la situación que tenemos en la sociedad donde principalmente mujeres y niñas son acosadas, por qué las cifras siguen en aumento. Este cuestionamiento nos termina por brindar una primera respuesta, es que estamos frente a falta de educación e información puesto que muchas personas no conocen la ruta de atención legal que se debe tener para denunciar y enfrentar estos casos, se desconoce que existen líneas de atención estatal que brindan soporte frente a este tipo de situaciones; asimismo, otra respuesta es que nos falta tomar acción, muchas personas han normalizado este tipo de comportamientos generando que no se tengan espacios seguros y no hay una sensibilización que permita ponerse en el lugar del otro e identificar esta manifestación de violencia.
*Abogada por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Asesora Legal del proyecto “Acción Verde” de la organización ciudadana “Acción por Igualdad”. Ex asociada e integrante del Consejo Directivo de la Asociación Civil Derecho & Sociedad. Cofundadora de la organización juvenil Q’aligual inscrita en SENAJU del Ministerio de Educación.
**Foto de El Economista. De la nota de “Hostigamiento y acoso sexual dentro de las empresas”.