22 Nov Una breve reflexión a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
*Por: Alison Macedo Muñoz.
El feminicidio de Sheyla Condor, una joven peruana víctima de un brutal asesinato a manos de su pareja, pone nuevamente en el centro del debate las fallas estructurales que perpetúan la violencia de género en Perú. Este crimen es un reflejo del machismo que impregna diversas esferas sociales e institucionales, y exige una respuesta urgente tanto del Estado como de la sociedad civil.
El caso de Sheyla y de otras tantas mujeres, niñas y adolescentes evidencian cómo se reproducen los patrones de violencia y a la vez cómo se refuerzan estos, desde las estructuras patriarcales; en razón a ello, la psiquiatra Liliana Quispe Calderón señala que “la violencia contra la mujer tiene un trasfondo idiosincrático basado en modelos patriarcales que refuerzan los estereotipos de género”. Estos modelos perpetúan relaciones de poder desiguales, donde las mujeres son subordinadas y sus derechos, invisibilizados. En el Perú, el machismo no solo se encuentra en los hogares, sino también se encuentra institucionalizado, como lo demuestran las denuncias previas contra el sospechoso del crimen de Sheyla Cóndor, que no fueron atendidas oportunamente.
Los feminicidios generan un impacto devastador en la salud mental, no solo de las familias de las víctimas, quienes son víctimas indirectas, sino también de comunidades enteras. Según datos de la ENDES, más del 54% de mujeres ha sufrido algún tipo de violencia de pareja. Este nivel de exposición prolongada al trauma genera trastornos como ansiedad y depresión, afectando especialmente a niñas y adolescentes, quienes representan el 64% de las mujeres desaparecidas en el país. Abordar la violencia contra la mujer requiere considerar no solo sus manifestaciones físicas, sino también el daño emocional y psicológico que produce.
Por todas estas situaciones, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer no solo es una fecha para conmemorar a las víctimas, sino un momento para exigir cambios concretos. Es imperativo que el Estado peruano refuerce políticas públicas integrales con enfoque de género, que incluyan educación en igualdad, atención psicológica y reformas en el sistema de justicia. Asimismo, la sociedad debe asumir un rol activo para erradicar el machismo desde la educación y los espacios cotidianos. Sheyla y su historia no pueden ser olvidadas; debe ser el catalizador para transformar una sociedad que ha normalizado la violencia de género. Como señaló la filósofa feminista Simone de Beauvoir: «El opresor no sería tan fuerte si no tuviera cómplices entre los propios oprimidos». Por ello, es momento de dejar de ser cómplices.
Notas de pie de página:
- Liliana Quispe Calderón, citada en La República. «Violencia sin fin: más de 380 feminicidios en los últimos 30 meses» (20 de noviembre de 2024).
- Eliane Revollar, citada en La República. «Violencia sin fin: más de 380 feminicidios en los últimos 30 meses» (20 de noviembre de 2024).
- Infobae. «Feminicidio de Sheyla Cóndor: un caso que expone fallas del sistema judicial» (19 de noviembre de 2024).
* Asesora legal del proyecto acción verde de la organización Acción por Igualdad. Abogada, egresada de maestría de Derecho Procesal Penal, con experiencia en asesoría legal, servicios de sensibilización en cuanto a género, igualdad de género y diversidades. Con experiencia en temas de familia, niñez y adolescencia; así como en procesos de violencia familiar.
** Foto de María Alejandra Gonzales/Infobae Perú. Extraido de: https://www.infobae.com/peru/2023/11/25/marcha-25n-en-vivo-hoy-se-movilizan-contra-la-violencia-de-genero-mujeres-rutas-campo-de-marte-peru/