
03 Abr ¿Las mujeres conocen sus derechos en el Perú?
*Por: Merci Slee Inga.
Desde hace años veo la brecha que existe entre hombres y mujeres en el país, una diferencia que ha relegado a nuestro género a trabajos subvaluados y de poca remuneración. No sólo se trata de oportunidades laborales sino también que estas brechas están presentes en el ámbito de los derechos sexuales y reproductivos que muy pocas conocen; esto como consecuencia del precario sistema educativo con el que contamos.
El sistema educativo peruano no permite que se incluya dentro de los sílabos la Educación Sexual Integral (ESI), dificultando la información respecto al autoconocimiento y toma de conciencia de la responsabilidad sexual de las y los individuos. La falta de educación en nuestro país ha acarreado grandes cismas culturales y sociales, las personas de bajos recursos económicos no tienen acceso al tratamiento de calidad de sus necesidades sexuales y reproductivas; tanto así que han normalizado los embarazos a temprana edad o también las multigrávidas o multíparas; todo esto es consecuencia de la poco o nula educación sexual de calidad. A esto se suma la deficiente atención en los centros médicos que no tienen al personal capacitado y mucho menos que conozcan acerca de las normas y protocolos de atención cuando se trata de una menor de edad en situación de violación y embarazo.
En 1863 el aborto era considerado como una solución para salvaguardar la honra de las mujeres, así de patriarcal y misógino era el criterio de los hombres de esos tiempos y también las mujeres que compartían este pensamiento, producto de la normalización cultural. En 1924 se penalizó el aborto, dejando como excepción al Aborto Terapéutico, siendo que, cuatro años después, dos juristas propusieron – sin éxito – se aprobara el aborto eugenésico y ético, o por violación.
En 1991 se incluyeron penas privativas de libertad para el causante de aborto, impidiendo totalmente la decisión de las mujeres sobre su cuerpo y su libertad reproductiva. En el Perú, un país donde el machismo impera, transformando a las mujeres en objetos sexuales muchas veces e impidiéndoles la oportunidad de elegir de hacerse un aborto seguro, se desconocen las medidas y protocolos del Aborto Terapéutico que podrían salvar a las niñas de ser madres y más aún de evitar sus muertes o problemas de salud mental por sostener embarazos forzosos.
El mismo gobierno oculta e impide la implementación de una educación sexual integral en las escuelas y colegios de educación secundaria, espacios en los que incluso no se informa acerca de los métodos anticonceptivos y su acceso para evitar embarazos no deseados a temprana edad. Peor aún, se responsabiliza siempre a las mujeres de dar rienda suelta a sus deseos sexuales y se impide que ellas conozcan su cuerpo y sean conscientes de lo que conlleva las relaciones sexuales sin una buena educación e información.
Ahora bien, este abordaje es sólo de las mujeres que viven en zonas urbanas, puesto que la situación de las mujeres en las zonas rurales es peor aún, ya que el acceso a la educación y el conocimiento de los derechos al que tiene una mujer desde que nace son aún más precarios. El Estado no conoce la realidad de las mujeres en estos ámbitos y los funcionarios de las instituciones que atienden los establecimientos donde se debería brindar seguridad y protección a las niñas, adolescentes y mujeres adultas son cuestionables por su falta de empatía y ética al momento de la atención.
En este contexto, merece la pena cuestionar el rol del Estado en la atención pública respecto a la prevención, tratamiento y penalización de la violencia hacia las mujeres, el cual es mínimo, por cuanto no se da una atención de calidad basada en la Constitución Política, el código penal y cualquier otra normativa que busque acabar con este flagelo. Lamentablemente quienes deben aplicar las leyes no tienen la adecuada preparación y el Estado tampoco realizar una adecuada capacitación para su correcta aplicación.
Por ejemplo, las trabas logísticas, el desinterés de las instituciones de salud y de la policía para atender los casos de violación sexual son muy preocupantes. Las violaciones a niñas y niños son cada vez más frecuentes y las denuncias no reflejan la realidad, por lo que se necesitan tomar medidas eficientes desde el Estado para hacer efectivas las normativas y las estrategias de prevención y erradicación de la violencia.
Frente a ello, resulta necesaria que la educación sexual integral sea considerada con envergadura en todos los territorios del Perú para darle a las niñas, niños, adolescentes y mujeres la protección debida, en donde las leyes que penalizan las violaciones y la que permite la opción del Aborto Terapéutico sean correctamente aplicadas, y así proteger sus vidas, promover la libertad y la seguridad de decidir con autonomía sobre sus cuerpos. Ha de reconocerse que vivimos en una realidad en donde hay embarazos a temprana edad y los derechos humanos de las mujeres son precariamente conocidos.
Finalmente, frente a un Estado que actúa de manera limitada a estos derechos, es relevante pensar también en la creación de grupos comunitarios que eduquen y den la información a la sociedad en diversos temas como lo relacionado a la prevención de violaciones, el derecho al acceso de los kits de emergencia ante un abuso o el derecho al aborto terapéutico, que debe ser de conocimiento de toda la ciudadanía, más aún en las comunidades rurales, en donde esta estrategia sería de vital importancia ante la ausencia de la presencia estatal.
*Agrónoma, maestra, coordinadora regional de la Asociación Civil Transparencia. Mentora de mujeres víctimas de violencia y mamá de un niño con habilidades especiales. Desde hace varios años activista por los derechos de las poblaciones vulnerables, eligiendo siempre la sororidad y la empatía. Trabajo con mujeres en proyectos de empoderamiento económico con el Cuerpo de Paz de Estados Unidos. Fue representante de Perú en los Estados Unidos, como lidereza internacional en el programa IVLP 2024.
**Fuente propia.