POLÍTICAS PÚBLICAS DE PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL EN ESCUELAS E IGLESIAS

*Por Lucía Ortiz Morales

En mi labor de abogada independiente hace aproximadamente cinco años llegó, al estudio jurídico en donde trabajaba, uno de los casos más desoladores que haya podido estudiar: Teodoro Rojas Huaraca, de 56 años en ese entonces, exdirector de un colegio de la provincia de Lucanas, región Ayacucho, fue sentenciado a cadena perpetua por haber violado sexualmente a 7 escolares en el año 2016, por lo que acudía a nuestros servicios legales para una apelación imposible de ser acogida tanto por la ética del estudio jurídico como por la magnitud de la prueba en su contra. Estudiar este caso me hizo ver lo solas y completamente vulnerables que estaban dichas estudiantes de entre 11 y 13 años de edad ante el abuso en aquel colegio y aquella pequeña ciudad que sirvió como una especie de propiedad feudal de dicho pederasta, un hombre que tenía poder y reconocimiento, que también en apariencia era pequeño y de voz suave, con actitud siempre servicial, siempre dispuesto a enseñar de manera privada tanto en el colegio como en su departamento a las alumnas que él veía que necesitaban reforzamiento en sus materias escolares, lugares que usaba para agredirla sexualmente. Por un año aquellas niñas vivieron el abuso al punto de que lo tenían en cierta medida normalizado, como si fuera una responsabilidad escolar más que debían cumplir; hasta que un día, una de estas niñas le preguntó a una profesional de salud que fue a dar una charla sobre salud sexual si era normal lo que su director les hacía, después de ello todo es historia. 

Éste fue un caso que debió escandalizar al país y virar el foco en cuanto a la pobreza de la ejecución de las políticas públicas de prevención del abuso sexual en los colegios y en las diferentes instituciones. Tanto este, como el reciente caso de violencia sexual realizada por el Dalai Lama, máximo líder espiritual del Tíbet contra un niño a vista y paciencia del público y muchos otros casos más que se producen tanto en el país como en el mundo nos deben llevar a preguntarnos ¿qué acciones efectivas realizan los colegios e iglesias para prevenir el abuso sexual infantil? ¿Tenemos normalizado nuestro derecho a preguntar en la institución educativa o religiosa en la que se desenvuelven nuestros hijos cuál es la política de prevención del abuso que aplican en dicha institución? ¿Qué políticas públicas ha elaborado el país para prevenir esta lacra?.

La Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES) del año 2019 reveló que la tasa de violencia sexual contra adolescentes de edades comprendidas entre 12 y 17 años fue del 31.8%. Al desglosar los datos por género, se observa que el 57.9% de las mujeres adolescentes fueron víctimas de violencia sexual, mientras que el 42.1% de los adolescentes varones experimentaron lo mismo. Sin embargo, la encuesta también indica que hay una tendencia a la baja en la violencia sexual contra adolescentes, ya que se redujo en un 14.1% entre los años 2013 y 2019.

Según el Centro Nacional de Recursos sobre Violencia Sexual (NSVRC) en Estados Unidos, las estadísticas muestran que uno de cada cuatro niñas y uno de cada seis niños serán víctimas de abuso sexual antes de llegar a los 18 años. Además, el 30% de las mujeres que fueron víctimas de violación tenían entre 11 y 17 años de edad, mientras que el 12.3% de las mujeres y el 27.8% de los hombres que fueron víctimas de violación tenían 10 años o menos. También se sabe que el 96% de los violadores son hombres y el 76.8% son adultos. Por último, se destaca que el 34% de los agresores sexuales de niños y niñas son miembros de la familia de la víctima y personas allegadas.

¿Qué hacer? como refiere el politólogo Alonso Cárdenas “Queda claro que medidas para la tribuna, sin rigurosidad científica como la castración química no atacan el problema de fondo. Lo que debe hacer el gobierno es implementar la Política Nacional Multisectorial para Niñas, Niños y Adolescentes al 2030- PNMNNA. Dicha política, aprobada en junio del año 2021, contempla como situación futura deseada la reducción de violencia sexual contra adolescentes. De igual forma propone un lineamiento para “incrementar el conocimiento de la sexualidad orientados a prevenir la violencia sexual, en las niñas, niños y adolescentes”. De igual forma señala que el Estado debe “incrementar el acceso oportuno a servicios orientados a la atención, recuperación y reintegración de niñas, niños y adolescentes víctimas de violencia, trata y explotación sexual.”” Algunas ideas de políticas efectivas también podrían ser las realizadas en otros países, tales como: 

  • Campañas de concientización: las campañas de sensibilización pueden ser muy efectivas para aumentar la conciencia de los peligros del abuso sexual infantil y de cómo prevenirlo. Estas campañas pueden incluir anuncios en televisión, carteles en lugares públicos, programas de radio y folletos informativos.
  • Educación sexual en las escuelas: una educación sexual adecuada puede ayudar a los niños a comprender qué es el abuso sexual, cómo reconocerlo y cómo denunciarlo. También puede ayudar a los niños a comprender qué es una relación saludable y a establecer límites personales.
  • Registro de delincuentes sexuales: los gobiernos pueden crear un registro de delincuentes sexuales para que los padres y los cuidadores puedan verificar si una persona tiene antecedentes de abuso sexual infantil. Esto puede ayudar a los padres a tomar medidas preventivas para proteger a sus hijos.
  • Programas de capacitación para profesionales: los profesionales que trabajan con niños, como los maestros y los trabajadores sociales, pueden recibir capacitación para identificar y denunciar el abuso sexual infantil. Esto puede incluir la identificación de signos y síntomas de abuso, cómo hablar con un niño que ha sido abusado y cómo denunciar el abuso.
  • Mayor financiamiento para las agencias de protección infantil: un mayor financiamiento para las agencias de protección infantil puede ayudar a asegurar que los niños que han sido abusados reciban la atención adecuada y se les brinde el apoyo que necesitan para recuperarse. Esto puede incluir servicios de salud mental, terapia y apoyo legal.
  • Prohibir que un menor sea reunido con un profesional de cualquier institución a puerta cerrada y/o sin posibilidad de observación. 

Simplemente endurecer las penas o implementar medidas extremas no es suficiente para abordar la violencia contra la niñez. Es importante reconocer que la prevención y el tratamiento efectivo de la violencia contra los niños requieren una respuesta integral y multifacética.

Además de fortalecer los mecanismos de implementación, seguimiento y evaluación de políticas públicas existentes, también es importante invertir en programas de prevención y educación que aborden la raíz del problema, tales como la educación en igualdad de género, la formación de habilidades parentales positivas y la atención integral a la salud mental de los niños.

Además, es importante abordar las causas subyacentes de la violencia contra la niñez, como la pobreza, la desigualdad social y la exclusión, para prevenir la violencia antes de que ocurra.

En resumen, abordar la violencia contra la niñez requiere un enfoque holístico que incluya medidas preventivas, educativas y de protección, y que aborde las causas subyacentes de la violencia.1

Pie de página

  1. Alonso Cárdenas, artículo de diario  “El comercio”: “ políticas públicas y violencia sexual contra la niñez”, disponible aquí: https://amp.rpp.pe/columnistas/alonso_cardenas/politicas-publicas-y-violencia-sexual-contra-la-ninez-noticia-1400408

 



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